Construir la FELICIDAD en "Emergencia"

Construir la FELICIDAD en «Emergencia»

Queridos amigos, he pensado mucho en todos vosotros y los otros, los que no conozco y no me conocen, sí en todos porque estos días difíciles que estamos viviendo de emergencia sanitaria parece como si estrecharan nuestros lazos y nos recordaran que somos LA GRAN FAMILIA HUMANA. El trajín del trabajo nos tensa y nos hace hasta rivales… tú-yo, mío-tuyo… con todo lo que eso implica. Pero ahora ha brotado la solidaridad, la compasión, la generosidad, la alegría, el servicio desinteresado, la creatividad y el ingenio para descubrir las posibles circunstancias de las personas, sus posibles necesidades e inventarse un modo de solventarlas.

Hace algunos meses publiqué el artículo Educar en la felicidad y pensé que repasarlo en este tiempo de calma, y en este Día Internacional de la Felicidad sería una buena idea para ponerlo en valor en nuestras vidas. Además de otras cosas, hablaba de los tres niveles que componen la felicidad y que es preciso construirlos uno a uno para verdaderamente alcanzarla como un estado del alma.

1º La felicidad básica: lo placentero – fluctuante

En el inicio está LO PLACENTERO, aquello que nos resulta agradable a nuestra naturaleza -mente, voluntad, sensibilidad- y que produce un suave placer y tranquilidad, como sumergirse en un baño de agua templada con un fresco aroma. Estas experiencias somos conscientes de que son esporádicas e incluso breves en nuestra condición humana, pero indispensables.

Tenerlas es una tarea no una casualidad. Buscar el bienestar físico, mental, emocional es una responsabilidad personal para funcionar adecuadamente en nuestra vida personal y en nuestras relaciones interpersonales, somos seres sociales y el engranaje de la maquinaria social debe estar adecuadamente engrasado.

¿Que sucede si no ponemos aceite al motor de nuestro coche? ¡Chirría! Lo placentero es el aceite de nuestra vida. Tiene la característica de ser «FLUCTUANTE«, subyace en nuestro vivir, pero, si está presente, hará que la responsabilidad, el deber, las circunstancias… que no siempre producen placer, se afronten con serenidad e incluso buen ánimo.

La felicidad psicológica: el compromiso – estable en el obrar virtuoso

En un nivel medio se encuentra EL COMPROMISO caracterizado por una opción de la voluntad, una decisión personal asumida en conciencia y con carácter intransferible. Mi compromiso es mi responsabilidad. Requiere un grado de madurez y libertad, transluce la grandeza de la persona, sólo ella puede comprometerse.

El hecho de dar ese paso, fruto de una atracción y el deseo de vivirlo o realizarlo genera ya un estado de felicidad psicológica que acompaña y alienta a la entrega perseverante. El atributo principal es la estabilidad en el obrar, un obrar virtuoso ya que habrá momentos en que, no acompañado de lo placentero, sean la convicción y coherencia las que mantengan viva la llama del compromiso.

3º La felicidad espiritual: lo significativo – profundo sentido de vida

Finalmente, coronando el máximo grado de felicidad se encuentra LO SIGNIFICATIVO eso que da valor a cuanto pensamos, sentimos, hacemos, sufrimos y gozamos. Proporciona el SENTIDO DE LA VIDA, el para qué, allá hacia dónde vamos o, más bien, hacia dónde voy.

No hay nada más personal que el sentido de vida, como una flecha lanzada con su arco se dirige a ese punto donde el arquero ha puesto el ojo para dar el blanco, cada uno de nosotros tiene también un arquero y al regalarle la vida le ha dado un propósito y su realización es la fuente máxima de sentido y plenitud.

En un mundo del hacer es fácil poner la mirada en el dinero -éxito efímero que hoy se tiene y mañana ya no- como objetivo de nuestro quehacer siendo tan solo un medio indispensable para sobrevivir y para construir el propósito, propósito que está vinculado con mis capacidades, mi compromiso y mi amor al otro.

La gran pregunta para hallarlo es ¿Qué huella de bien quiero dejar en el mundo cuando parta de él? El fruto de una vida así es la felicidad completa, la felicidad espiritual que se sitúa en el nivel superior del ser humano, el espíritu y permea todo el ser.

Quizás todos conocemos alguna persona cuya vida nos ilustre. A mí me viene a la mente la Madre Teresa de Calcuta, parece que se vuelto el prototipo de una vida con pleno sentido, traspasó su primer compromiso para responder a ese más específico que le haría dejar una profunda huella en su siglo y se mantiene viva a través de los que alcanza su acción y su ejemplo.

No se trata de ser otra Madre Teresa, sólo ella puede serlo, sino de descubrir mi propósito y realizarlo con todo el amor y el compromiso de que sea capaz para experimentar profundamente la felicidad espiritual.

Estos Tres Niveles de Felicidad podemos representarlos de esta manera que ilustra su tiempo, función y alcance en el ser. Tres círculos que de menor a mayor se van incluyendo y añaden una dimensión más elevada y poderosa a la persona.

Construir la Felicidad en este estado de «emergencia» que estamos viviendo no será fácil a ratos pero es la gran oportunidad. Más tiempo juntos, sin distracciones ni la posibilidad de la fuga por la puerta a hacer cualquier cosa, el estar libres de urgencias y rebajar el estrés lo favorece si queremos aprovecharlo.

La gran tarea de educar en la felicidad va desde propiciar esos momentos placenteros que cada uno conoce: la tranquilidad, la ternura, los pequeños gustos, la voz baja y reposada… pasando por el cumplimiento de los compromisos, cada uno los suyos grandes o pequeños sin relajarse, y por último la contribución personal al bien del otro -cuando vaya a dormir el mundo familiar y exterior tiene que ser un poco mejor porque yo lo he construido con mi granito de arena.

Que el avanzar de los días sea una experiencia de crecimiento en Felicidad.

 

 

Resiliencia, satisfacción vital

+ RESILIENCIA   + SATISFACCIÓN VITAL

 

Escalada De Montaña, Glaciar, Piqueta

 

 

El camino de la Felicidad pasa forzosamente por la Resiliencia, la capacidad de sobreponerse a las dificultades pequeñas y grandes que nos ofrece a diario el camino de la vida.

 

 

 

 

 

Resiliencia y Nivel de Satisfacción Vital son directamente proporcionales.

 

Si esta afirmación es verdadera, también lo es su negativo a menor Resiliencia menor Satisfacción vital.

 

 

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Navidad dulce Navidad

Se acerca la Navidad y la palabra Felicidad está en labios de todos

¡Feliz Navidad! ¡Feliz Año Nuevo!…

En el bosque de los deseos Una multitud había colgado sus esferas con el deseo de Felicidad para toda la familia humana.

Podemos centrar nuestro pensamiento en la felicidad gracias a la abundancia en que actualmente vivimos.

 

Orquídeas vs Dientes de León

Un artículo en la revista Atlantic informa sobre una nueva teoría de que los genes que predisponen a las personas a la ansiedad, la depresión y los problemas de comportamiento, también parecen dotar a las personas de un enorme potencial.

De acuerdo con esta «hipótesis de la orquídea«:

“Los genes  pueden crear disfunción en contextos desfavorables, pero también pueden mejorar la función en contextos favorables. Las sensibilidades genéticas a la experiencia negativa … son solo la desventaja de un fenómeno mayor: una mayor sensibilidad genética a toda experiencia «.

Según la teoría, la mayoría de los niños son «dientes de león» que prosperarán en casi cualquier lugar; pero algunos niños son «orquídeas» que «se marchitarán si son ignorados o maltratados, pero florecerán espectacularmente con el cuidado del invernadero».

Un creciente cuerpo de investigación apoya esta propuesta, mostrando que los niños «orquídeas» realmente superan a sus contrapartes «diente de león» cuando se exponen a intervenciones positivas.

 

Por ejemplo, un estudio mostró que los niños con una predisposición genética al TDAH mejoraron su comportamiento significativamente más en respuesta a la intervención positiva que sus compañeros sin la predisposición.

La hipótesis de la orquídea proporciona una explicación poderosa para un rompecabezas evolutivo:

“Si las variantes de ciertos genes crean principalmente disfunción y problemas, ¿cómo han sobrevivido a la selección natural? …  aproximadamente una cuarta parte de todos los seres humanos portan la variante genética mejor documentada para la depresión, mientras que más de una quinta portan la variante que … está asociada con comportamientos externalizantes, antisociales y violentos, así como TDAH, ansiedad y depresión.»

 

De acuerdo con la hipótesis de las orquídeas, los niños «orquídeas» realizan una función evolutiva invaluable:

“Los muchos dientes de león en una población proporcionan una estabilidad subyacente. Mientras tanto, las orquídeas menos numerosas pueden fallar en algunos entornos, pero pueden sobresalir en las que les convienen. … Juntos, los dientes de león constantes y las orquídeas mercuriales ofrecen una flexibilidad adaptativa que ninguno de los dos puede proporcionar solo. Juntos, abren un camino hacia logros individuales y colectivos que de otro modo serían inalcanzables ”.

 

Las orquídeas criadas en el entorno adecuado aceleran el progreso evolutivo y la adaptación. ¿Y qué podemos extraer de esta conclusión? Pues, que la crianza de los hijos es crucial.

«Con un mal ambiente y una mala crianza de los hijos, los niños «orquídeas» pueden terminar deprimidos, drogadictos o en la cárcel, pero con el ambiente adecuado y una buena crianza de los hijos, pueden convertirse en las personas más creativas, exitosas y felices de la sociedad».

Además un intrigante estudio realizado por investigadores de la Universidad Stony Brook puede ayudar a explicar a los niños orquídeas, mostrando que las personas que son «altamente sensibles» tienen «diferencias subyacentes […] en la atención del cerebro a los detalles», según un artículo en physorg.com. Los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional  para mostrar que las personas altamente sensibles a las que se les pidió que compararan dos imágenes «mostraron una activación significativamente mayor en las áreas del cerebro involucradas en asociar la entrada visual con otra entrada al cerebro y con la atención visual» en comparación con sus pares menos sensibles.

El artículo señala que «varios investigadores están descubriendo que los niños que son muy sensibles y criados en un ambiente estresante son propensos a la ansiedad y la depresión … Sin embargo, cuando se crían en un ambiente enriquecido y de apoyo, aquellos con esta ‘susceptibilidad diferencial’ son en realidad más felices, más saludables y más hábiles socialmente que otros «. El artículo explica que» en ambos resultados, parece que los niños sensibles prestan más atención a las señales sutiles que indican … lo que otros piensan y sienten «.

El estudio fue realizado por Jadzia Jagiellowicz, Xiaomeng Xu, Arthur Aron y Elaine Aron en la Universidad Stony Brook, junto con Guikang Cao y Tingyong Feng de la Universidad del Sudoeste, China y Xuchu Weng de la Academia de Ciencias de China, Beijing, China y fue publicado en Neurociencia Social Cognitiva y Afectiva.

Las orquídeas, tal vez las flores más hermosas, pero que, sin un entorno
delicadamente equilibrado y sin cuidados intensos, no pueden desarrollar
todo su potencial.

Y los dientes de león, aquellas hierbas perennes tan familiares capaces de
arraigar en cualquier terruño; no dan las flores más bellas, aunque podemos estar seguros de que medrarán
cualesquiera que sean las condiciones que encuentren en su entorno.

7 Características del adolescente con identidad

Pensando en el tema de nuestro diálogo para esta semana, me pareció importante seguir con los elementos que influyen en la persona y contribuyen a forjarla. Ya hemos hablado del buen carácter; ahora nos encontramos con algo tan trascendente y profundo como la Identidad propia ¿quién soy yo?.

Esa pregunta todos nos hacemos con cierta frecuencia a lo largo de la vida. Nos es vital reconocernos, en ello va nuestra seguridad personal. Estoy segura de que coincidimos en que se trata del cimiento del edificio de nuestro yo.

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Hablando con el corazón

¿Has observado que cuando estamos lejos de alguien llamamos a gritos para que nos oiga, y cuando hablamos con ternura lo hacemos suavemente? Hay personas que estando al lado hablan gritando al otro.

Cuando la forma de dirigirnos al otro es con gritos y paulatinamente vamos subiendo el tono de voz y la intensidad de los ademanes vamos separando los corazones 💕 no sólo los cuerpos, que también lo hacemos. Hemos conectado desde la impaciencia, el fastidio, el juicio negativo del proceder del otro, o simplemente no hemos conectado, si se acerca a decir algo, seguimos en lo que estamos que es más interesante.

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Tú haces tus emociones ¡HAZ FELICIDAD!

Cuando suena el despertador y te tiras de la cama ¡ponte la alegría en el alma y las zapatillas en los pies! Vístete de Emociones Felices

4 son las Estaciones del año y sólo en verano podemos darnos el lujo de andar descalzos sin coger un resfriado, por eso en todos los hogares suena el mismo eco de la voz de la madre “ponte las zapatillas….”

4 son las Emociones básicas de la persona y sólo la Felicidad es nuestro estado habitual saludable. La Tristeza nos avisa de un sufrimiento con su rostro lúgubre; el Miedo/Sorpresa nos pone en alerta de algo inesperado y desconocido abriéndonos los ojos para buscar la causa y reaccionar con rapidez; el Asco/Ira arruga nuestra nariz para bloquear la entrada de partículas nocivas, nos protege de algo desagradable.

Si quieres levantarte en estado de Felicidad, acuéstate reconciliado contigo, con los tuyos y con tus circunstancias. Rechazar mi suerte, por insignificante que sea el detalle que no acepto, genera Asco e Ira y ese sufrimiento produce Tristeza.

Haz el Test de la Felicidad, conoce tu salud emocional… y genera tu ¡FELICIDAD!

Educar en la felicidad

Hoy en día está de moda hacer encuestas para tomar el pulso de la sociedad y a ellas no escapa algo tan profundo como la felicidad. Qué país es más feliz, qué ciudad, cuál menos… Y surgen los interrogantes: ¿cuáles son las preguntas? ¿quién las contestó? ¿qué parámetros miden la felicidad? Tal vez con un poco de curiosidad hemos hecho hasta un test de felicidad de esos que aparecen en las revistas o  en internet.

Es una realidad, todo ser humano busca la felicidad en su vivir y, a su vez, huye de la contrariedad, el dolor, el sacrificio. ¿Es acaso la ausencia de estos ingredientes lo que define “felices” a esas sociedades?

El tema de la felicidad toca directamente al ámbito educativo. Padres y educadores miran a las nuevas generaciones desde ese prisma y actúan aportando, cada uno, lo que considera oportuno. Algo más, alguno puede preguntarse ¿hay algún modo de educar la felicidad en los niños? Sería una asignatura de alto valor humano.

No pensemos que se trata de una idea descabellada. Desde hace algunos años viene desarrollándose una corriente de “Psicología Positiva”, más extendida en Estados Unidos de América que en otros países. Su propósito es, precisamente, sentar las bases de una ciencia de la felicidad que favorezca y apoye, en esta vertiente, el trabajo del educador: capacitar a los niños y jóvenes para desplegar sus fortalezas, su dotación positiva, en su ser personal y en su dimensión social y trascendente. Pero fijémonos bien, no se trata de sembrar una felicidad futura entre lágrimas ahora, sino de desarrollar la felicidad con actos felices como el disfrutar una actividad recreativa, un paisaje, un rato de lectura o uno de esforzado deporte, el colaborar en las tareas de la casa o triunfar al controlar un arrebato de ira.

Miremos ahora en qué consiste. Dos son las claves de para el desarrollo de una psicología positiva: la atención plena y la educación de las 24 fortalezas personales (Peterson y Seligman, 2004). Expliquémonos. La primera, “atención plena”, consiste en la concentración en la tarea del momento con plena consciencia y autocontrol, en otras palabras: estar con los cinco sentidos y el sentido común en lo que se está haciendo: la mente, el sentimiento, la vista, el oído, el tacto, la voluntad, la imaginación, la memoria, todo centrado en el acto presente. Sí, es todo un reto en la sociedad actual tan llena de estímulos distractores y disgregadores, por eso precisamente es una tarea educativa desde la propia persona del educador. ¡Cuán gratamente nos sorprende el tomar conciencia de un rato vivido así, tan sabrosamente! ¡Cuánta paz interior y cuánta satisfacción! La segunda clave que enunciamos es la educación en las 24 fortalezas personales. Es posible que nos hayamos echado las manos a la cabeza asaltándonos la idea de abandonar la lectura de estos párrafos y todo intento de, al menos, saber de qué se trata. No hay que asustarse, estas 24 fortalezas y las 6 virtudes que las agrupan son el mecanismo básico de la persona humana, común a todas las civilizaciones, y se trata de favorecer el desarrollo en signo positivo, enseñar a disfrutar la belleza del entorno natural, esas emociones y sensaciones agradables del aroma de las flores, el canto de los pájaros, el frescor del viento, efímeras y momentáneas pero que desarrollan abren la atención de los sentidos e introducen en el espíritu un sano “placer”; este aprendizaje es un primer estadio llamado “vida placentera”. Junto a esta experiencia más exterior está un segundo paso: el desarrollo de la “vida comprometida” en la que la persona pone sus fortalezas en su quehacer y del que disfruta sin depender de la realidad exterior o “placeres”: el ánimo, la aprobación, las personas o las circunstancias; recibiendo la gratificación de su dedicación en su obrar virtuoso. Por último llegamos al desarrollo de la “vida significativa” que consiste en emplear las fortalezas y las virtudes, que caracterizan al educando, al servicio de un quehacer que trascienda la propia persona en bien de otros. Esto proporciona un sentido a la vida dotando de significado a nuestros esfuerzos.

Si pusiéramos en un esquema estos tres niveles de felicidad encontraríamos esto:

La felicidad básica: lo placentero – fluctuante

La felicidad psicológica: el compromiso – estable en el obrar virtuoso

La felicidad espiritual: lo significativo – profundo sentido de vida

Tres círculos que de menor a mayor se van incluyendo y añaden una dimensión nueva y más poderosa a la persona.

Finalmente, para no dejar el interrogante sobre cuáles serán esas 24 fortalezas, aquí os las pongo agrupadas por virtudes.

 

Clasificación de las virtudes y fortalezas personales

SABIDURÍA Y CONOCIMIENTO CORAJE HUMANIDAD JUSTICIA MODERACIÓN TRASCENDENCIA
1 Creatividad 6 Valentía 10 Amor 13 Ciudadanía 16 Capacidad de perdonar, misericordia 20 Apreciación de la belleza y excelencia
2 Curiosidad 7 Perseverancia 11 Amabilidad 14 Sentido de la justicia 17 Modestia, humildad 21 Gratitud
3 Apertura mental 8 Integridad 12 Inteligencia social 15 Liderazgo 18 Prudencia 22 Esperanza
4 Amor por el aprendizaje 9 Vitalidad 19 Autocontrol, autorregulación 23 Sentido del humor
5 Perspectiva 24 Espiritualidad

Con estas reflexiones hemos abierto una rendija a la puerta que nos introduce a este gran reto educativo de la felicidad como actitud interior de vida que va de la mano del desarrollo vital de la persona. Espero que en próximos artículos podamos ir profundizando y respondiendo al gran anhelo de los educadores. Os dejo con este pensamiento:

“Una cuestión esencial es cómo los valores y metas de una persona median entre las circunstancias externas y la calidad de la experiencia. Estas investigaciones prometen aproximar a los psicólogos a comprender la visión de filósofos de la antigüedad tales como Demócrito o Epícteto, que argumentaban que no es lo que sucede a las personas lo que determina su nivel de felicidad, sino cómo interpretan lo que sucede”. (Seligman y Csikszentmihalyi, 2000:9. Citado por Programa “Aulas Felices” Psicología Positiva aplicada a la Educación, Ricardo Arguís Rey et alt. 2010)[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Apertura en Septiembre

¡¡Ya queda poquito para nuestra apertura!! Soy Rosa Gemma, consultora familiar, Coach Estratégico y Facilitadora certificada de los Talleres «Cómo hablar a tus hijos». Además, soy la creadora de la Comunidad «Familia y Emociones Felices» FEF, para brindar un espacio de encuentro a familias con valores que desean construir sus vidas con propósito y compartir sus interes más allá de su entorno.

Con más de 35 años de experiencia y con la larga trayectoria con la que cuento, he decidido abrir mi propio espacio, un lugar donde brindarte un espacio para que puedas encontrarte, conectar, formarte, tener inspiración, apoyarte y reunirte con familias con tus valores y avanzar en la comunidad. Comprometerte social y profesionalmente e incluso lanzarte a proyectos y servicios.

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