Rosa Gemma Ortiz Sánchez

Formación

  • Licenciatura en Pedagogía
  • Licenciatura en Ciencias Religiosas
  • Licenciatura en Ciencias del Matrimonio y la Familia
  • Máster Oficial en Intervención Educativa y Psciológica
  • Máster en Coaching Estratégico
  • Certificación del Método internacional «Cómo hablar a tus Hijos»
  • Diplomado en Desarrollo Familiar
  • Curso de Superdotación y Altas Capacidades
  • Programa de Sexualidad y Afectividad Teen Star
  • Psicología Positiva
  • Estudios Administrativos
  • Asesor de Imagen y Personal Shopper

¡Hola! soy Rosa Gemma. A lo largo de los años, puedo decir que han sido muchas y muy diversas las experiencias vividas. Ser la cuarta de seis hermanos me dio la oportunidad de convivir y compartir con el beneficio de tener que ceder, colaborar, defender lo propio, gestionar los propios deseos… y experimentar el reto de la exigencia ya que… “camarón que se duerme se lo lleva la corriente” y entre tantos no falta el que reacciona primero y gana.

Mi entrada en la escuela no fue muy gloriosa. Tras el nacimiento de mi hermana, mi madre enfermó y me enviaron a la escuela del pueblo con mis tres hermanos mayores. El maestro iba atendiendo por orden de edad para dar la clase y las tareas; yo era la menor, con sólo tres años, y sentada junto a la ventana sin nada que hacer… me quedaba dormida y el maestro me amenazaba con meterme al cuarto de los ratones, y en una ocasión tuve que defenderme con horror del castigo. Eso sí, en dos años salí habiendo aprendido a leer y estudiar.

Mis años de primaria con la Maestra Dña. Ester estuvieron llenos de serenidad, confianza y aprendizajes con ilusión y éxito. Con mi hermana, experimentamos todos los retos que se nos ocurrieron: salto, columpio, alcance de la vista, habilidades, servicios… eran esos años en que dos chiquillas de 5 y 6 años podían ir solas por la calle al colegio, a la catequesis, a los recados, de paseo… seguras de que nada malo pasaría. También tuve que plantarme para no quedarme sin jugar al “Marinerito” y colocarme con las rubias.

Pronto, al llegar al Instituto con 11 años, descubrí que la presión y el temor bloqueaban mi mente que se ponía en blanco y hacía inútil todo el esfuerzo del estudio.

También apareció otra faceta, me gustaba sacar a jugar al parque a los primos pequeños después de la catequesis ¿vocación de educadora? Ya desde entonces pintaba maneras.

Con la mirada puesta en estudiar periodismo y ser corresponsal en el extranjero como Jesús Hermida, a los 18 años llegó la vocación de Dios para ser consagrada misionera y, terminada la selectividad, partí a hacer los estudios a Irlanda y de ahí a México, con unos meses en Venezuela, allí desarrollé mi labor en el campo de la educación con gran emoción y fruto. Treinta y tres años después volví a España para hacer un Máster en Navarra y comencé a trabajar en Barcelona, donde comprendí que para seguir siendo auténtica no podía seguir en la organización y di un salto al vacío con una idea clara “trabajar por la familia”. Esos 35 años me brindaron la oportunidad de desarrollar un variado trabajo en la Formación de la niñez y la juventud, la Dirección Administrativa de Centros Educativos, las Clases de Religión Católica en un México con el estudio de la Religión prohibido, la Formación e impulso de Grupos Juveniles en diversas ciudades del mapa mexicano, Misiones de evangelización, la Fundación de un Colegio, Escuela de Padres, Consultoría… tantas y tan variadas áreas de desarrollo personal que fueron enriqueciendo mi personalidad y tesón característico. Ahora me parece no ser imposible proyecto alguno. Puedo decir que guardo hermosos recuerdos y una multitud de amigos de esta larga etapa de mi vida.

Las circunstancias de la Organización me llevaron a dejarla y buscar seguir mi misión por otros caminos. Reinventarse en España ha sido un reto. Buscar aquello en lo que me gustaría servir en los últimos años, elegir entre tantas experiencias, no es lo más fácil. Tras varios intentos, la pasión por ayudar a las personas a conocerse y construirse desde su interior, desde su propósito de vida, es lo que me ha impulsado a lanzarme a este proyecto, porque lo considero el gran tesoro de la grandeza del ser humano por el que se da y se defiende la vida.

En la investigación realizada para el Trabajo Final del Máster: “La Búsqueda de Propósito en la vida de los Adolescentes”, descubrí que es bajo el porcentaje de personas que realmente descubren y viven su propósito. Ahí me dije, he de hacer algo para ayudar a que algunos descubran y realicen el sentido de su vida y logren llegar a su plenitud y profunda felicidad. Con este anhelo emprendo esta tarea.

A vista de pájaro, “La partida a la misión a los 18 años… “Ser independiente” dentro de una Organización religiosa… “Ir a mi bola” en los estudios del Máster… El fallo de la organización y la salida… Tener que reinventarme para seguir realizando mi misión… Me hacen pensar en la fuerza del propósito de la vida que no se somete a los avatares de la existencia”.